09 diciembre, 2005

Insomnio

No me puedo dormir y doy vueltas y vueltas en la cama cuando sé que es inútil porque no tengo sueño. Entonces, en vez de hacer algo productivo en se tiempo miro el techo en la oscuridad, buscando quién sabe qué. Imágenes desfiguradas vienen a mí. De repente, tengo la increíble idea de ponerme a escribir. De expresarme. prendo la luz, tomo birome y vuaderno y miro la página en blanco. Nulidad total. Obvio. Todos los pensamientos que tenía hace un rato se fueron. ¿Adónde? No tengo ni la más remota idea, si la tuviera los iría a buscar. Apago la luz. Hago fuerza para dormirme. ¿Porqué? ¿De qué manera uno puede pensar que haciendo fuerza el sueño puede venir? Cosas insólitas que se me ocurren cuando nada se me ocurre. Vuelvo a abrir los ojos. El mismo techo, la misma ocuridad. Intento recuperar aquellos pensamientos que habían desaparecido antes. Típico. Cuando uno se olvida de algo vuelve al mismo lugar en que se le ocurrió a ver si la idea vuelve a aparecer. lamentablemente, esto nunca sucede. por lo menos en mi caso. Debe ser porque tengo una memoria desprivilegiada o imprivilegiada. ¿Se puede decir así? Yo lo digo igual. Creo un nuevo lenguaje. En realidad, no tengo una menoria imprivilegiada, lo que tengo es una memoria selectiva que atenta contra mi misma. No recuerdo lo que quiero recordar y recuerdo lo que no me es grato. Sigo mirando el techo. Ahora ni siquiera aparece una puta palabra. Es como dije antes, auqneu ahora ya no parece un atentado sino, más bien, un complot. Ahora el lenguaje se fue. Hasta el que había creado. Sin embargo, a lo lejos veo una letra. Es un principio, vamos mejorando. ¿Qué letra es? Es una U. Bueno, ya que no puedo armar una palabra y que esa letra nada me sugiere,,, me acuesto en ella como si fuera una hamaca paraguaya. Epa! Las imágenes comienzan a surgir. Como decía, me acuesto en ella y comienzo a balancearme, quizás así el sueño vuelva aaparecer y me saque de esta inercia apática. La U desparece y con ella mi hamaca paraguaya. La puta madre (sí, sigo puteando) Caigo. Mi cama de nuevo. nada, tan solo más oscuridad, la misma de siempre. Me enojo. me levanto. tengo la necesidad imperiosa de saber que el lenguaje sigue existiendo. Busco un diccionario, obvio. Ahí están! Muchas palabras! Muchas letras! Me detengo a mirarlas y descubro que, simplemente, las estoy mirando, no las veo. Qué necesidad tan molesta es el lenguaje! Signos de interrogación comienzan a formarse y con ellos miles de preguntas que, de manera lógica, no voy a poder responder. Pero las preguntas no dejan de aglomerarse en mi cerebro, cada vez más, cada vez más, cada vez más...y se juntan en esquinas absurdas con imágenes...STOP! No parecen escucharme. Se siguen abalanzando sobre mí. Por favor, paren!! Nada, siguen... Y así paso la nche, atiborrada de palabras que no me dejan pensar, saturada de verbos, sustantivos y adjetivos. Llega la mañana. Vuelvo a repetir: Qué necesidad tan molesta es el lenguaje!

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