escribo

me abandono al cambio interior de mí misma.

de mis ojos vedados de goce, de mi buscar eterno e incondicional.

me disfrazo en medio del anonimato para respirar transformaciones, para mutar, para despellejarme y seguir siendo la misma de siempre pero diferente.

busco, como siempre, el latir de la respiración del día nublado, como si él pudiera darme la brújula que necesito para emprender mi camino sin retorno.

escribo sin ideas porque no las encuentro.

(y sin mayúsculas porque me aturden)

las había guardado en mi bosque de voces, en el tercer cajón, junto con las ficciones de todos los días.

no sé que pasó, no están.

no me importa, se que en algún momento volverán, como siempre, con más fuerza y con alguna otra que levantaron en el camino y que quiso unirse.

escribo porque sí, porque es mi canto a las ausencias, a los vacíos amarillos de las miradas, a los cúmulos de abismos azules de bocas de margaritas.

escribo con dedos independientes, ellos se mueven sobre el teclado y yo, con una sonrisa, los dejo ser.

no sé de coherencias ni de principios, nudos y desenlaces.

no me sale.

me salen las palabras, unas a otras, encadenadas, viviendo en la punta de mis nervios, durmiendo en medio de mis venas, llorando en papeles blancos, sin morir nunca.

me abandono a ellas.

y soy feliz.