12 enero, 2007

* Crimen y Castigo y Yo*

Podría decir mil cosas (seguramente repetidas) de este ladrillo, podría esbozar un cuasi análisis del tema del doble, de la tensión entre palabra y silencio, de la expiación de la culpa de los personajes, de lo sociológico, de lo psicológico, de lo maniqueísta, de las ideas, de las relaciones que se establecen, del azar y el destino, de la moral, etc….pero no.

Puedo llegar a aceptar (en un arrebato de bondad extremo) el hecho que Rodia se haya entregado…a pesar de la indignación que me causó leer en el subte estas últimas líneas.

Puedo llegar a aceptar (en las mismas condiciones) los densos y eteeernos pasajes que podría haber condensado en un simple párrafo. ..

Ahora…el ¿Epilogo? Porqueeeeee????? Que necesidad había???

Porque esa cosa final de cuasi novela rosa?

No tengo palabras para describir el desasosiego, la indignación, la cara que puse cuando leí ese apartado final.

Lo mejor? El suicidio de Svidrigailof. :)

1 comentario:

Anónimo dijo...

AVISO: LO QUE SIGUE ES ABURRIDO

Secti del alma: hay una respuesta para todos sus porqués. Descuide, a mí tampoco me gusta, pero es la que hay: el amigo Fiodor es un ser archimoralista y religioso mal, postura a la que lleva a medida que la vida lo hace pasar por situaciones tales como, x ej, un simulacro de fusilamiento, persecusione svarias, violencia física sufrida a lo largo de su infancia, bla bla bla. Además, escribe en pleno gobierno de Nicolás I y vota por el universalismo en vez del individualismo al que tienden la mayoría de las novelas decimonónicas (un ejemplo del individualismo sería el bellísimo Julien Sorel -ya sé que es posterior, es un ejemplo nomás- hombre del que yo me enamoraría, pero eso ya es otro tema). ¿Por qué? Porque es uno de tantos intelectualoides miembros de la Intelligentsia rusa del XIX en la cual prima un ideal mesiánico: el ruso, tras ser catalogado como bárbaro por el culto Occidente pero sin lograr tampoco identificarse con el supuesto oriental en taparrabo, un día se pianta y dice "ok, no somos ni una cosa ni la otra, no seremos la pomposa París pero tampoco el Oriente animaloide, nosotros somos algo distinto, algo nuestro, medio bestia y, por ende, puro como oriente, pero a su vez con un toque de cultura como occidente, y estamos llamados a salvar al resto a partir de lo que nos caracteriza, es decir, de la consideración del perfeccionamiento como sujetos a través del amor, que es la que logrará salvar al mundo de la corrupción en la que está inmerso" (sí, ya sé que es pedante, pero vaya a Chaadáev y va a ver que no le miento!!!).
Ahora bien, cómo se logra esta "salvación"? Con la acción en pos del otro, movilizándose como sociedad y no con el egoísmo del individuo particular que obra sin pensar en los demás, que es lo que hace Rodion al matar a esa usurera decrépita a la que, en mi opinión, alguien tendría que haber matado hacía ya mucho tiempo. Por eso se entrega el tipejo. Y por eso ese epílogo de "Dios es amor", xq el ruso es ortodoxo y Fiodor ni le cuento. Desde un primer momento, Dostoievski crea a Rodion Románovich Raskólnikov para demostrar que en esa concepción de vida hay un error (favor de visualizar lágrimas cayendo sobre mi rostro). De hecho, el ideal mesiánico del que le hablo se ve mucho más claramente si uno sigue leyendo y se va a "El Idiota", "Los Hermanos Karamázov" y "Los Demonios".
A mí tampoco me gustó el final crimenicastiguístico, detesté el epílogo y la entrega del amigo Fiodor, pero debo decirle que he llegado a sentir un fuerte cariño hacia ese flaco angustiado, y ni hablar del aplauso que me merece la teoría del hombre ordinario y el extraordinario, que es precisamente contra la que se tira Fiodor.
Qué se yo, a ambos los banco a muerte! Para mí Rodion no es el que se entrega sino el que mata, el que sufre, y me chupa un huevo lo que haya querido decir Dostoievski al mandarlo en cana, yo lo leo a mi manera... Pero bueno, son formas de ver las cosas, respeto su indignación, no tan ajena a la que he sentido yo en su momento.

Invito al filósofo contemporáneo Emiliano Andrés Ruíz Díaz a dar su maravillosa cátedra al respecto.

ADÓROLA SECTI!