03 enero, 2006

Ale Pizarnik

Porque cada vez que la leo me gusta más, porque me sigue llegando al alma como el primer día, porque su lenguaje obra como un hechizo en mí, quiero compartir con ustedes una de las tantas cosas que alguna vez escribió Ale Pizarnik y que, demas está decirlo, me encanta (aunque esta palabra quede chica) LA PALABRA DEL DESEO Esta espectral textura de la oscuridad, esta melodía en los huesos, este soplo de silencios diversos, este ir abajo por abajo, esta galería oscura, este hundirse sin hundirse. ¿Qué estoy diciendo? Esta oscuro y quiero entrar. No sé que más decir (Yo no quiero decir, yo quiero entrar.) El dolor en los huesos, el lenguaje roto a palabras, poco a poco reconstruir el diagrama de la irrealidad. Posesiones que no tengo (esto es eguro; al fin algo seguro) Luego una melodía. Es una melodía plañidera, una luz lila, una inminencia sin destinatario. Veo la melodía. Presencia de una luz anaranjada. Sin tu mirada no voy a saber vivir, también esto es seguro. Te suscito, te resucito. Y me dijo que saliera al viento y fuera de casa en casa preguntando si estaba. Paso desnuda con un cirio en la mano, castillo frío, jardín de las delicias. La soledad no es estar parada en el muelle, a la madrugada, mirando el agua con avidez. La soledad es no poder decirla por no poder circundarla por no poder darle un rostro por no poder hacerla sinónimo de un paisaje. La soledad sería esta melodía rota de mis frases. De El Infierno Musical, 1971.

No hay comentarios.: