18 diciembre, 2005
Las Fiestas: El TEG de Navidad y Año Nuevo
Se aproximan las fiestas...y los quilombos.
¿Puede ser que algo que debería ser una simple reunión de festejo se convierta en un espacio fechístico (no confundir con fetichístico..aunque que sé yo, en una de esas, la bola roja del árbol navideño inspira en alguien deseos perversos) para una batalla?
Sí, señoras y señores, puede ser.
Lo primero que entra en consideración en la estrategia de guerra es el lugar. ¿Hacia donde movemos los soldaditos? Siempre hay alguien que quiere agarrar los 30 países, copar el mundo y ganar al T.E.G.
Que si el 24 lo pasamos con el sector materno el 31 vamos para el sector paterno. Así. La disposición ha quedado establecida
No hay lugar para un “Chile ataca Australia”, la idea de Copo América del Sur y copo Oceanía queda suspendida, los dados no ayudan y si tengo dominado un espacio no puedo con el otro. Hay que tranzar. “Hago Pacto”.
Y una queda regulando...piensa: Yo no quiero que sea así pero no se puede decir demasiado, las cartas están repartidas, el pacto está hecho y, como fichita que se es, se aguarda el desenlace de esta pequeña batalla. Y vamos a la concha del pato el 24 o vamos a la concha del pato el 31, total! No importa que yo quiera ver a mis amigos que se encuentran al otro lado del universo, no importa que a la familia (o a un determinado sector de ella) la vea solo una vez al año (que casualmente ese día del año son las consabidas fiestas).
Listo. Una vez elegido estratégicamente la zona para arrivar, empezamos con la comida: que compramos y dividimos, que como el año pasado fue en mi casa y nosotros compramos todo, esta vez le toca a ellos y si andan mal de guita no me importa porque cuando nosotros estuvimos mal lo hicimos igual. Que Juanita no como carne roja, entonces hay que hacerle pollo, que la ensalada rusa no me gusta, que estoy podrida del vittel thoné, que yo tomo cerveza, que la nena quiere Coca, que Pedro toma vino tinto y magoya vino blanco. ¿Y si nos dejamos de joder y todos tomamos agua? ¿A quién no le piace el agua?
Y nunca faltan los “intercambios de opiniones” de fútbol y política.
Si estamos en navidad, aparece el otro tema: el arbolito y los regalos.
Suponiendo que ya no hay menores inocentes creyentes de la existencia del gordinflón con traje rojo (de chiquita no entendía porque este hombre con el calor de hacía iba tan abrigado) comienza el tema del: ¿tengo que comprarle algo a todos? Y todo termina en miseria y espanto: las típicas media para el tío, la bombacha rosa (odio, odio, odio que me regalen eso prefiero un chupetín bolita de limón!), la taza con el nombre, la vela aromática, un par de aritos, la toallita personal...grrrrr! Si yo quiero comprarle unas sandalias a mi madre, un libro a mi padre y listo. ¿Tengo que distribuir mi dinero en los ochocientos que somos regalándole una miseria a cada uno? NO, no, y no! No voy a hacerlo y nomimporta a quién le caiga mal.
Y el brindis...ahhhh! Ahí somos todos amigos, todos los queremos, nos besamos, nos abrazamos....momento donde, aparentemente, desaparecen todas las peleas acerca de la lechuga y la mayonesa sin colesterol.
HIPOCRESÍA EN ESTADO PURO. Se putearon durante todo el año, tienen roces que vienen desde la época de Rosas pero cuando chocan las copas todos se olvidan de esos “pequeños detalles”. Pero termina el brindis, terminan las cañitas voladoras y....cada uno quiere hacer la suya: volverse a su domicilio a dormir, irse a charlar con el vecino, salir con los amigos, hacerse arrumacos con su pareja, etc...A la mierda con el espíritu familiar!!
Tradiciones que terminan siendo un asco cuando no deberían, porque no disfrutar como uno quiere? Si somos una familia (mama, papa, hermanos) ¿no podemos decidir todos juntos sin que a nadie le moleste un cambio de planes? Además, no me puedo ir a festejar con quien se me cante?????
Malditas fiestas.
Uno ya se resigna y ni ganas de combatir tiene, mira su carta de objetivos: “ 5 países de América del Norte, 5 de Asia, 5de Europa, 2 de África, 2 de Oceanía” Mira el mapa y siente que los demás no tienen el propósito de repartición, siente que todos los demás participantes obtuvieron una carteja que señala: “Destruir al Ejercito X”.
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